- Raúl Caamaño de la Calle, una joven promesa del toreo formándose en la E. T. Domingo Ortega de Toledo
Nace en Torrijos el 3 de mayo de 2006, su padre y abuelo le inculcaron este amor por el toro, y lo que comenzó siendo algo que veía desde el tendido se convirtió en pasión, cuando con once años se puso por primera vez delante de una vaca, en la finca de Aquilino Pascal, de Torrijos, decidió seguir adelante y prepararse para llegar a lo más alto en el toreo, el 21 de julio de 2021 se presentó en público en la localidad toledana de la Puebla de Montalbán cortando dos orejas, poco a poco, con el apoyo incondicional de su padre y también con el constante aprendizaje en la E. T. ha
ido “envenenándose” y este 16 de agosto va a poner esa primera piedra para construir esa figura del toreo que sueña ser, su debut de luces en Quismondo, con ganado de MARIANO DE LEÓN y compartiendo cartel con sus compañeros, Miguel Losana, Alberto Hernández “Canillas” y Daniel López “E Pastor”.
Pocos días antes hemos querido compartir su experiencia en tan corta trayectoria pero que la vive con la misma intensidad e ilusión que cualquier matador de toros.
- ¿Cómo resumirías este tiempo desde que has decidido entrar en la E. T.?
Pues bien, me ha ido saliendo cosas estando disfrutando, con resultados más y menos positivos, la espada me ha impedido tener mayores triunfos.
- ¿De dónde te viene tu afición?
Pues de mi padre, que era aficionado práctico y siempre me lo ha inculcado, y de mi abuelo que me llevaba a los toros.
- ¿Un día para recordar?
Pues el 10 de abril en Toledo, todo salió muy bien, perdí las orejas por no matarlo, en Albacete también pinché, pero en ambos estuve muy a gusto.
- ¿Y un día para olvidar?
La de Quismondo del año pasado fue todo mal, yo no estuve bien, el tiempo, la voltereta que me dio toreando con el capote… no pude hacer nada.
- En tu corto recorrido ¿te imaginabas estar dónde estás?
No, yo nunca pensé que iba a torear, yo creí que entrenaría para aprender algo como casi un juego, y mucho menos imagine que llegaría a torear en plazas como Toledo o Albacete.
- ¿En este escalafón que plaza te gustaría pisar?
¡Madrid! Si surge la oportunidad tengo que aprovecharla.
- ¿Algún certamen o algo para esta temporada?
No, para ahora nada, estuve este invierno en el de Villa de Ampudia que me clasifiqué para la semifinal, algo de campo, por ahora tengo mi debut en Quismondo.
- ¿Qué encaste se acopla mejor a tu concepto?
El encaste Núñez, aunque con el capote sale más frio, luego se viene arriba y trasmite mucho.
- ¿El “espejo” en el que te miras?
Morante o José Tomás, me intento fijar en todos, pero estos Maestros son mi referente, hay que apuntar alto.
- ¿Eres de los que pisa los terrenos de José Tomás?
Bueno, intento conseguirlo, espero mediante el trabajo llegar a ello.
- ¿En algún momento has sentido torear interpretando lo que tu sientes?
El día que más a gusto he estado ha sido en Villamuelas con un becerro de Ignacio López, aunque con el descabello no acerté me sentí y pude disfrutar toreando como lo siento, fue un becerro sin fuerza, con una clase extraordinaria, lo tuve que cuidar mucho.
- ¿Alguna tarde has sentido haberte dejado algo de Raúl Caamaño dentro?
El pasado día veinticuatro en Nombela, con el capote y banderillas me entregué, pero en la muleta me faltaron algunas cosas, no por no saber hacer, sino por no me salieron y cuando terminé dije, si es que lo podía hacer, pero no sé por qué, no me salió.
- ¿En invierno, cuando toca quedarse en casa, como se lleva?
Pues muy motivado con algún tentadero, los entrenamientos y preparación para la próxima temporada, aunque sí se echa de menos vestirse para torear.
- ¿El plan B, los estudios?
Pues ahora mismo estoy en la ESO, cuando termine quero hacer un grado de auxiliar de veterinaria, siempre algo relacionado con los animales y el campo.
- ¿Alguna anécdota?
En ocasiones voy a entrenar a una finca de Segovia, las Contentas, y coincidí con el Maestro Frascuelo, un torero de los de verdad, me ha trasmitido mucho, yo antes tenía otra clase de toreo que no me encontraba del todo a gusto y me ha ayudado a encontrar el camino donde me siento totalmente torero.
- ¿Ahora que te van reconociendo por tu pueblo, se te despegan los pies del suelo?
No, me siento igual, cuando se me tienen que despegar es cuando estoy en la plaza delante de un animal y demuestre lo que valgo, con la gente tengo que ser como soy y como he sido siempre.
- ¿Tu persona de confianza?
Sí, mi banderillero Manolo Matías, de Segovia, llevo entrenando con él seis años, le pienso llevar en la cuadrilla hasta el día que decida no torear más, y Juan Alberto, otro subalterno de allí con el que también entreno.
- ¿Has conseguido los objetivos planteados desde que toreas en público en este tiempo de poco más de un año?
En parte sí, he conseguido torear que no me imaginaba hacerlo tan pronto, aunque en parte no por no saber rematar, pero creo que con trabajo y entrenando voy a ser capaz de conseguirlo.
- ¿Qué esperas a partir del próximo dieciséis después de tu debut de luces?
Espero, sobre todo disfrutar, que salgan las cosas bien y demostrar que quiero ser torero, a partir de eso, ir subiendo escalones hasta donde quiero llegar.
- ¿Dónde quiere llegar?
A ser figura del toreo
- ¿Te ves de verdad como figura?
Queda mucho, pero sí, si no lo tuviera claro no estaría aquí perdiendo el tiempo.
- ¿Con qué cartel te gustaría torear?
Morante de la Puebla, José Tomás y Raúl Caamaño.
- ¿Un cartel contemporáneo?
Manolete y Juan Belmonte, me gusta la pureza.
- Seguimos soñando ¿la alternativa?
Me haría ilusión con Tomás Rufo y Álvaro Alarcón, en Nimes.
- ¿Tu mayor agradecimiento?
Sin duda, a mi padre, ha hecho todo lo imposible para poder torear o tentaderos, llevarme a la escuela, tener que ir a buscarme a Segovia, es donde vivía antes, se lo agradezco a él todo.
- ¿Madrid o Sevilla?
Creo que Madrid, en Sevilla es ese olé como más fácil, pero las Ventas es la catedral del toreo, ahí te entregas y el público se entrega también.
- ¿La política en el toreo?
Los toros son del pueblo, ningún color de política, ni izquierda, ni derecha, ni centro se tiene que meter, es algo que sale del corazón, sentimiento puro, siempre ha habido gente, intelectuales, incluso toreros, de todos los extremos, la política no tiene nada que ver con la tauromaquia, tiene que estar alejada.
- ¿Va más gente joven a los toros?
Desde luego, en San Isidro, en los pueblos con las peñas… yo veo mucha más juventud que hace unos años.
- ¿Qué dirías a esos jóvenes que quieren ir a los toros?
Que no se sientan avergonzados por estar en un asiento y emocionarse viendo torear, que se dejen llevar por lo que sienten y nadie les impida hacer la que quieren.
Texto/Foto: Carlos Pinto